Irremediablemente Siempre

viernes, 19 de mayo de 2006

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New entrance.

Una revolución entre los tiempos, un cambio de lo sensorial.
El interminable ocio por los aromas, las texturas y los labios. La insaciable pena que nos auna y nos exime. Regurgitan las pasiones, reverberan las pupilas en las noches marginales; cuentan relatos oblicuos, enriquecidos en vista de lo explícito. Un artificio insomne, una fantasía vana, un deseo incolumne. La mitigación de los inconcretos oníricos. La experiencia transmitida esencialmente y sublime. La ciencia de las obras desligadas de las aplicaciones. Una técnicas reflejadas en unas manos indeterminadas. El trabajo absolutista de los gestos, las paradojas que reflexionan indispensablemente sobre los gritos críticos de los escapes. Un tálamo profundo, húmedo y azul, la indiscresión perfecta reconocida en unas risas. Las maneras absurdas que tiene la vida de reestructurarnos y reencontrarnos de nuevo, nuevos, despiertos, con las ganas y el sangrado empeño por sobrevivir a nosotros mismos.
 

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